Sus retratos blancos. Ella blanca. Blanca Andrómeda.
¿Quién osaría darle la coloración de una esclava?
Yo soy blanca. Blanca. Blanquísima. En exceso. Pero las laceraciones de los latigazos y la vida en el interior me muestran colorida. Negrísima.
Negrísima soy.
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