domingo, julio 16, 2017

Recuperación y Derrumbe

Conocí a Aníbal Buede en Córdoba, en Casa 13. Diría que nos vimos cuatro veces en total desde aquella vez en 2006 hasta este 2017. Desde el encuentro inicial hasta ahora -con la excepción de esos cuatro encuentros- todo nuestro vínculo estuvo en las redes sociales, especialmente en facebook, y a través de amigos en común. Desde el comienzo sé de su trabajo maravilloso como artista, como curador, como gestor cultural, como docente y como habilitador de intercambios. De manera que su propuesta de participación en Recuperación y Derrumbe , su muestra individual, para intervenir en una de las pizarras me resultó plena en naturalidad, a la vez que me sorprendió y me llenó de alegría.
A su pedido trabajé con el texto "Sexo y traicion en Roberto Arlt", de Oscar Masotta. Especialmente con este fragmento publicado en la revista Contratiempo.



Aquí se ve mi participación gracias al registro impecable de la muestra realizado por  Soledad  Sánchez Goldar

Como se especifica en la ficha técnica, Buede trabajó interviniendo sobre obras de otres artistas, creando piezas completamente nuevas y dinámicas. E invitó a otres actores culturales (escritorxs, artistas, críticos, etc) de origen diverso y que forman parte del campo artístico de Rosario a realizar una intervención propia -que derivó en intervención colectiva- bajo el título "Sexo y traición".

De mi parte, quiero hablar de la experiencia que fue (y que significó) para mí realizar este trabajo.

Hace años que dibujo aunque de manera nada metódica, sino más bien azarosa y a veces catártica. Si bien produje algunas cosas (un cuadro, un mural que ya no existe y algo más) no tengo obra. Cuando Aníbal Buede me propuso la tarea, acepté como un desafío para mí misma y como una gran oportunidad de aprendizaje.
Por un lado, el texto de Masotta: nunca lo había leído completo y me veía impelida a hacerlo. Por el otro -y junto a eso- pensar en un dibujo o algo que pudiera ser trazado en pocos minutos sobre un panel de pizarrón de 1,86 m de ancho x 3 m de altura. 

Tenía todo el mes de junio para lograrlo... Creí que necesitaba estudiar más, releer otros materiales, asistir a una clínica o taller para producir algo bueno! Oh! Mis grandes ambiciones de ñoña! 

Y en el medio, la verdad, la vida cotidiana y la necesidad de producir también un gran evento: el cumpleaños de seis de mi hija. Para la fiesta de cumpleaños inventé todo el merchandising de un personaje de Equestria Girls sobre el cual en Argentina no hay nada: Rainbow Dash. Diseñé prendedores como souvenir, muñequitas de equestria para la torta, confeccioné bolsitas para las sorpresitas y también armé la piñata. Además de hacer la torta, las pizzas, los franckfut, los muffins y comprar cotillón y un largo etc que conlleva ese tipo de eventos. No me quejo. Me gusta hacerlo y me da mucha satisfacción. Todo ese despliegue de creatividad para resolver la fiesta de cumpleaños de mi hija fue un gran impulso también para resolver creativamente el dilema que resultaba en mí de la relación entre la abstracción compleja del texto de Masotta y su universo y el trazo de lo que haría en la pizarra (dibujo? palabra? qué?)

La aglomeración de ideas del ensayo de Masotta. La maravilla del universo de Roberto Arlt. El cruce de sentidos. La diferenciación. La creación de "algo" que se pudiera VER. La consigna libre excepto en los materiales.
Blanco y Negro.
La idea. 

Boceté.

Llegó el día. 

Muchas pizarras para elegir, tizas blancas, dos escaleras. Opto por la más alta y convencional.


El trazo apareció con el cuerpo en movimiento: arriba de la escalera, el brazo extendido, las letras y las formas. Bajando de la escalera. Alejándome. Pasos



Consulté con Aníbal Buede la posibilidad de que Ernesto Ávila (conmigo en la foto), mi esposo, me acompañara para hacer un registro personal del proceso. Su mirada resultó fundamental a la hora de VER: él se percató de un error, algo de lo que yo no me dí cuenta, concentrada en el uso del espacio de la pizarra: la omisión de una letra en la palabra "TRAICION", y que en el conjunto aparece como un pilar en el trazado. Busqué un borrador, algo que me permitiera quitar y reescribir. Primero usé un pañuelo de papel y enseguida apareció una esponja húmeda. Borré. Ese movimiento me abrió una perspectiva: la presencia del proceso, un hacer en presente, más allá del boceto. Algo que había sido concebido como resultado tenía un error. Me abrió un universo. Podía equivocarme y hacerlo otra vez. Alivio. Un puro presente como un camino hacia un lugar que podía modificarse y que llevaba hacia una derivación ya programada aunque no fija. Margen suave de la idea. El resultado al fin, fue así




(foto mía tomada con el celular)



foto: Soledad Sánchez Goldar






GRACIAS