La maratón hacia "lo nuevo conocido" -es decir, con otros protagonistas que tienen los mismos problemas que todos- se ha calmado. Pero no detenido... La vida recién comienza... siempre está comenzando...
Di Sarli me sonrió cuando salí de la rotisería. Y en ese momento lo amé tanto, que dejé de tararear "Bahía Blanca" y me dispuse a caminar, mirando las casas bajas, los árboles. La luz blanquísima.
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