Lugares para bailar hay muchos en Rosario, lugares donde se baile... muy pocos.
Tema recurrente en mi discurso el de la danza: toda una preocupación.
Sin dudas, depende de la población que frecuente el sitio.
Si la gente que asiste pertenece a un estrato de clase media en descenso, pero con veleidades de cultura letrada e inquietudes artísticas, es altamente probable que nadie baile allí. Excepto cuando esa danza esté ligada a un saber, como es el caso del tango y del folclore, donde el desenvolvimiento del baile tiene marcas precisas que no cualquiera puede cumplir. Mientras que, si esas mismas personas se encuentran envueltas en el rock and roll o la música electrónica, es poco lo que van a agitarse. No es bien visto el gratuito y público apasionamiento...
En cambio, si los danzantes no tienen estas características, la historia cambia. Hay otro fenómeno.
Pero eso, queda para un próximo capítulo.
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