La última vez que estuve al pie de su escenario fue una noche fría del 2005 en Willie Dixxon. La penúltima vez que Gabriel Ruiz Díaz tocaría el bajo en Rosario. La última fue un mes después, en el Estadio de Newells. Cuentos Decapitados es un disco que me sigue cautivando. Cuadros dentro de cuadros, me gusta. El número imperfecto, me enamora. No puedo ser objetiva, por supuesto. Hacía nueve años que no estaba enfrente del escenario de Catupecu Machu. No pude hacerlo. Tal vez no fui una buena seguidora. No sabía cómo podría disfrutar de un show sin Gabriel ahí.
Ahora, que la madurez nos encuentra fortalecidos, cumpliendo 20 años la banda y yo cuarenta, nos reencontramos, nos queremos, saltamos empujados.
Gracias por tanto amor.
(El grito después, Veinte años, Club Brown, Rosario, 30 de agosto de 2014, fotos de Ernesto Ávila)
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