viernes, marzo 31, 2006

Cada día

al fin
a quién le importa
tu biografía

La puja por el aumento del boleto, y su consecuente paro de colectivos, no permite trasladarse por la ciudad de manera habitual. La bicicleta no es una opción para un habitante que vive en un barrio distante 12 km de su trabajo, y que para llegar en condiciones, tiempo y forma a cumplir con su obligación, tiene que sortear obstáculos como automovilistas enloquecidos, baches, pozos, cercas de obras de bacheo que nunca se terminan y la posiblidad (no tan remota) de ser empujada con fines de substracción del rodado en cuestión.
Una gota en el mar. Esto es una gota en el mar. ¿Pero qué? ¿Acaso el mal de muchos no es un consuelo de tontos? Una trivialidad que se deja pasar, se suma a otra trivialidad que se suma y transforma lo cotidiano en un infierno.

Otras cuarenta y ocho horas de paro de choferes esta semana (tercera semana) en Rosario. Los choferes quieren un aumento de salario, los empresarios, para dárselo, quieren un aumento del boleto. Los usuarios estamos hartos.
Querrán tal vez que la comunidad se canse y hasta pida, por ese mismo cansancio, la suba del boleto.
Espero que no. Espero que no.

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