jueves, mayo 04, 2017

música foreva





Gracias 


por invitarme a compartir esta pasión 

junto a la talentosísima 


Kashmir, 
en versión de Airbag

Clásico ya. Me obsesiona su ritmo. Los movimientos de su melodía. Mi limitado conocimiento del inglés hace que necesite concentrarme mucho para comprender lo que dice –esta y cualquier canción en ese idioma (por ahora). Así sucede que, si me abstraigo de las palabras, la voz y su expresividad se incorporan en mi escucha como un instrumento. Hasta donde recuerdo, escuché Kashmir por primera vez viendo la ya mítica filmación de Led Zeppelin en el Festival de Knebworth, en 1979. Fue realizada cuando yo tenía 5 años y la vi a los 20. Interpretación inspirada si las hay. Absolutamente insuperable, no sólo porque es la original, sino por la potencia interpretativa de Robert Plant. La candencia del bajo y la guitarra como pasos firmes. La batería como un balanceo del equilibrio del cuerpo. Los teclados ambientando el misterio. La sonoridad sinfónica de una caminata en el desierto, la aridez del sol y el viento caliente. Esta canción realmente me obsesiona. La bailé y la bailo con la piel erizada. Le escribí poemas. La amo. Me envuelve…

Oh! Euterpe! Oh! Terpsícore! Estoy enamorada de una canción!


Elegí compartir la versión de Airbag porque creo que a lo sagrado es preciso desacralizarlo para que se convierta en nuestro y así, sea nuestro y sagrado. El tiempo afianzó a Airbag en la escena musical a puro talento –y le cerraron la boca a más de uno- ya que cuando apareció esta banda argentina muchos la tildaron de invento comercial -“nuestros Hansons”, se decía por ahí. Me gusta que un grupo con público masivo como ellos haga una versión tan hermosa y fuerte, auténtica, lejos de toda imitación. Existen miles de versiones y creo que esta es una de las mejores que escuché. El cantante, Guido Sardelli, tiene una voz menos aterciopelada que la de Robert Plant. Su dicción despreocupada, desprolija por momentos, le brinda su sello a la canción. El sesgo dramático hace inflexión en la mitad, cuando dice “mamma”. Porque no dice “mama” sino así: “mamma”. Y desde ahí, más canción y rugidos. La belleza sostenida.




http://massenziomagdalena.com/1-poema-1-cancion/




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