martes, agosto 11, 2015

4 de agosto


Diego Cortés de Llantodemudo Ediciones murió la madrugada del martes 4 de agosto. 

Lo conocí en Santa Rosa de La Pampa, en 1998, en un encuentro de literatura organizado por Sergio De Matteo y otros poetas. Después de cruzarnos en algún encuentro de publicaciones en la Escuela de Comunicación de la UNR, le perdí el rastro. Pasó el tiempo, bastante tiempo, cuando en 2004 me puse a reorganizar mis cosas, mis papeles, a tirar tarjetitas acumuladas... y encontré una de Llanto de mudo con su nombre. Le escribí, tenía un recuerdo de él muy claro: recordaba su energía al hablar, su empuje y su poesía oscura. Era el tiempo del chat en MSN y ahí nos conectamos. Poco después me puse a hacer los libros de "junco y capulí" con Gabriela Mercedes Rodi y él me dió un lugar en el stand que tenía en cada edición de "Leyendas", los encuentros de historietas que organizaba la AHI en Rosario. 

Editamos "Noche", poemas suyos potentes y bellos. La tapa tenía el dibujo de la constelación de Cáncer (su signo también) en un gofrado hecho por Gabriela. Más tarde, Diego me abrió las puertas de su casa en Córdoba, cuando viajé con libros a la Feria de Editoriales Independientes "Papel de Armar II" y después seguimos en contacto un tiempo más. Ese hombre diseñó, imprimió y encuadernó cada ejemplar de mi libro en papel Soy Fiestera, en el 2006 y por eso llegó tarde a Casa Trece a la presentación y por eso pude traer a Rosario mi parte de aquella co-edición con La Creciente aquel domingo que me volví. Después nos vimos un par de veces más en Rosario y nos seguimos escribiendo. En enero pasado, cuando vino Estelares a tocar junto al río Paraná, fui a verlos junto a mi hija y mi compañero. Todo el recital estuve pensando en Diego, a él siempre le gustó la banda, desde que arrancaron y el tono de esas canciones habla también de las cosas que vivíamos en nuestra ciudad cada uno de los dos. Le escribí para contarle, nos hicimos chistes como siempre, con el cariño de siempre.

No esperaba contar todo esto (y quedan mil detalles de afecto sin decir) y quiero contarlo a todas las personas que no han tenido la enorme fortuna que yo tuve de conocerlo y de ser su amiga. Como pasa en la vida, dejamos de frecuentarnos. Aún así, siempre sabíamos que estábamos cerca, nos teníamos presentes. Diego es una gran persona y muchas cosas más. Estoy triste.



Gracias Diego 


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