"El amor tiene un precio que hay que pagar", dice Juan Terranova en su blog (linkeado en la barra del costado) que dijo Mario Vargas Llosa en una teleconferencia que dió... bla bla... Supongo que se refiere al amor en términos abstractos, generales, más allá de los vínculos en los que perviva, digo: amistad, padres, pareja, hermanos, etc etc. Claro que el amor tiene un precio que uno tiene que pagar. Y tiene que pagárselo a uno mismo y en esta vida. Supongo que siempre es costoso, aunque no tiene por qué ser necesariamente caro, oneroso, excesivo. Ay, qué tema!
Releyendo las notas de mi diario íntimo (el último, el que conservo y que empecé en 1998) encontré unas citas que se adaptan como reflexión sobre este tema. Pertenecen a "El mundo alucinante", de Reinaldo Arenas. En dicha novela, el protagonista, Fray Servando Teresa de Mier, se la pasa escapando de su destino de cárcel, y en ese trayecto se encuentra con un guía-Rey, que le dice: "No te preocupes (...) no olvides que estás en la tierra de los que buscan, y por lo tanto, nada encontrarán" (...) (...) "¿Para qué quieres modificar lo que precisamente te forma?" dijo. "No creo que seas tan tonto como para pensar que existe alguna manera de liberarte. El hecho de buscar esa liberación, ¿no es acaso entregarse a otra prisión más terrible?(...) Y además (...), suponiendo que encuentras esa liberación, ¿no sería eso más espantoso que la búsqueda? y, aún más: ¿que la misma prisión en la cual imaginas que te encuentras?" Y así fue como me dejó solo, desapareciendo con trabajo entre los árboles. Y yo me quedé pensando en esas futuras derrotas, las que siempre acaecen después del triunfo."
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